Tambores cercanos

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Hoy han vuelto a llenar el silencio con sus artefactos de madera y pellejo,……… se acercan, relegan al último rincón de la jefatura los flamantes sonómetros. La madre de Dios pasea sus bordados atuendos por encima de la inmundicia que cubre los suelos del recorrido oficial. Han tomado la precaución de rodearla de oro y plata para no herir sus frágiles pupilas de cristal.

Arco sacro

 

Tengo una amiga pintora, cuando la conocí me dijo que acababa de exponer en “Arco”, y yo, que entonces era joven y además tendente a la magnificación, pensé que ella era una persona relevante en el mundo al que yo optaba pertenecer. Todo se vino abajo momentos después, pues dicharrachera ella, continuó contándome su vida y milagros hasta comunicarme que era natural de “Arco de la Frontera”, bonito pueblo de las últimas o primeras estribaciones de la cercana sierra, que en ese momento, y sin que hubiera intención por parte de mi interlocutora, disparaba sus saetas punzantes a una todavía tierna conciencia. Esto puso de manifiesto algo que aún hoy me ocurre con la feria de arte contemporáneo Arco: no se si me hablan de algo cercano, como Arcos de la Frontera lo es del lugar donde vivo, o de algún lugar tan extraño, que sus habitantes no fuesen humanos. ¿ Serán dioses ?

Sobre la capacidad de nombrar / The capacity for naming thinks

El mundo es grande. La vida, escasa.

El hombre mide las cosas según su tamaño y deseo. Es el único que tiene la audacia de nombrarlas. Las cosas son o no son según se miran y se nombran.

Nombrar es la primera voz del deseo, pero hace falta que lo deseado tenga nombre.

Cajanegra (detalle)

Entonces será sagrado. Amando, marcamos y elegimos. Odiando, mudamos los nombres constantemente.

Los calígrafos de la luz titubean ante lo cambiante. Cuando les engaña la certeza, trazan, siegan. Tras ellos, los cronistas de la luz espigan, ordenan y exhiben sus fardos como muestra del crecimiento de su universo.

Según los cronistas, hay calígrafos que enloquecen persiguiendo el trazado de su amor.

En ciertas épocas, las circunstancias contribuyen a la evolución de la caligrafía, y abren los caminos hacia el claro. En otras, por condiciones generales o por cuestiones particulares, tan sólo afloran seudónimos.

El recién nacido sale a la luz. Conforme va madurando, fatalmente la adultera. Muchos creen hallar un nombre y lo exponen. Muchísimos, confundidos por su entusiasmo, lo suscriben. Casi nadie conserva la capacidad de nombrar hasta sus últimos momentos.

10-01-2006

THE CAPACITY FOR NAMING THINKS

The World is big. Life is short.
Man measures things in relation to his own size and desire. He is alone in being audacious enough to actually give them names. Things exist or do not exist depending on how they are seen or named.
Naming something is desire´s first voice, but the object of  that desire  has to have a name. Then it becomes sacred. When we love, we brand and select things. When we hate, we always silence names.

Calligraphers of light hesitate when faced with change. When certainly tricks them, they make that line, their scythe cuts. The chroniclers of light come behind, gathering, ordering, then exhibiting the bales to show how their universe is growing.

According to the chroniclers, some calligraphers go mad trying to capture the outline of their love.
At certain times, circumstances, contribute to the evolution of calligraphy, and open up roads to all that is clear. In others, whether through general circumstances or for specific reasons, the only things that floursih are pseudonyms.

A baby is born into the light. As it matures, that light becomes critically diluted. Many believe they have found a name, and they show it off. Too many others, blinded by their enthusiasm, support their discovery. There is almost nobody who can retain the capacity for naming things right up to their last moments.

This is for them.
10-01-2006

Sobre la influencia y la composición / On influence and composition

La Luna, madre del agua, actúa sobre los líquidos. Los líquidos disuelven los pigmentos. Al secar, los jugos de los colores aplicados sobre un soporte se evaporan y los pigmentos se solidifican. Una vez secos, quedan fijadas las tierras, las sangres vegetales, los óxidos y las lacas.

Al salir del séquito lunar, los colores eluden el influjo del satélite. No se sabe a ciencia cierta si otras lunas de mayor tamaño son capaces de influir sobre los colores desecados. La nuestra, sólo a regañadientes, consiente iluminar los colores, hijos del Sol. De modo que si observamos una superficie coloreada a la luz de la luna, sólo veremos con mayor claridad los colores que aún conservan algo de humedad en su mezcla, reflejando la poca luz existente.

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El Sol, padre de la luz, siente clara predilección por los colores concretos y asentados. De carácter benévolo y justo, ayuda a los colores más tiernos a desprenderse de todo resto de humedad que pudiera quedar en ellos, y, secándolos, los vuelve firmes. Desconfía de los líquidos hasta tal punto que el más excelso de ellos, el mar, desposeído de color, se ve obligado a tomar prestado el tinte de las cosas que le rodean.

Desde tiempos muy remotos el ser humano se empeña en reconciliar estas dos actitudes, ofreciendo a la luz, hija del Sol, superficies coloreadas con líquidos. Los encargados de realizar estos tributos sufren mucho durante todo este proceso, por estar compuestos ellos mismos, en un porcentaje bastante alto, de agua.

20-02-2005

ON INFLUENCE AND COMPOSITION

The Moon, mother of water,can act upon liquids. Liquids dissolve pigments. When they dry, the liquid part of the colours applied to the support evaporates, and the pigments solidify. Once they are dry, the earths, the vegetable dyes, the rusts and the lacquers are all fixed.

Once beyond the moon´s sphere, the colours escape any influence the satellite has. It is not known for certain whether other larger moons can have any influence over dry colours. Ours will only reluctantly consent to illuminating colours, the children of the Sun. So if we look at a coloured surface by moonlight, we will only see with more clarity those colours which still have a certain level of humidity in their mixture, reflecting how little light there is.

The Sun, father of Light, clearly favours defined, fixed colours. Kindly and fairly, it helps the softest colours shake off any humidity which may remain within them. It distrusts liquids to such an extent that the most majestic of them all – the sea – being deprived of colour, has to take on the hues of the things around it.

Since time inmemorial, mankind has dedicated itself to uniting these two attitudes, offering light, dauther of the Sun, surfaces which have been coloured with liquids. Those responsable for creating these tributes suffer a great deal throughout the process, since they themselves are, to a fairly large extent, made up of water.

20-02-2005